Monday, May 6, 2013

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Thursday, April 18, 2013

"TIEMPOS DEL PLATA" muestra de Verónica Vidal Maehara y Marcela De Luca en el Espacio Cultural de la Biblioteca del Congreso de la Nación del 8 al 19 de abril de 2013


Tiempos del Plata
Es una muestra donde el arte y la amistad se conjugaron para dar vida al relato de la apropiación de las imágenes pictóricas, fotográficas y del animé japonés. Una mirada irónica hacia los cambios de la ciudad de Buenos Aires, de los edificios públicos y representativos de una modernidad que pretendía una estética ordenada, diagramada, planificada y justa para una vida armoniosa desde la trama urbana en una época donde la prosperidad económica y el aluvión inmigratorio europeo fueron protagonistas.
En la obra central intervenida por ambas artistas “En defensa de la justicia” se hace presente Mazinger Z, quien representa la puja entre el bien y el mal, los buenos y malos valores de la justicia que acecha a la Facultad de Derecho formadora de  defensores del pueblo. Esta mixtura de imágenes da cuenta de una estética contemporánea haciendo referencia a la  transformación política institucional y urbanística de nuestro presente en la Argentina.
El camino que elige Marcela De Luca es el trabajo conceptual  para vincular fragmentos de imágenes pictóricas o fotográficas prolijamente recortadas y pensadas para construir una nueva composición donde se resignifican los relatos del siglo XIX. La alusión a la historia del arte argentino como del archivo fotográfico de la ciudad de Buenos Aires rememora los tiempos modernos en contraposición a los sucesos de nuestro presente. La Plaza de Mayo con el color flúor y los carteles de publicidad, la Plaza del Congreso con el gran caos automovilístico de nuestros días son ejemplos donde se evidencian los cambios de época.
En la obra  “Sin pan y con trabajo” la artista  juega de un modo irónico con la imagen y con el título del cuadro “Sin pan y sin trabajo” de De La Cárcova. En esta pintura está representada  la familia, y por la ventana se puede  ver la  torre Prourban conocida  como “el Rulero”, construcción que data de los comienzos de la década de los ’80. Ambos fragmentos se transforman en una gran imagen ploteada, donde todos esos recortes de imágenes pasan a estar en un mismo plano  significativo de nuestra historia argentina y que nos remiten a las diferentes crisis por las que hemos transcurrido.

Así cómo Juan Díaz de Solís hizo su desembarco y expedición en el Mar Dulce o Río de la Plata  en 1516 con un final sangriento y antropofágico en manos de los indígenas del lugar; Verónica Vidal Maehara dibuja y pinta  con detalle los diversos personajes del manga japonés invadiendo los históricos lugares de Buenos Aires, territorio tan preciado por el mundo.  Robotech en la Plaza del Congreso disparando sobre el  bello y ordenado paisajismo de Jules Charles Thays. Ultramán luchando en la Plaza de Mayo y Godzilla, feroz emergiendo de las aguas de  nuestro puerto de Buenos Aires.
 En su obra hay una recurrencia en la apropiación de estos personajes que “visitan” o “invaden” los espacios más significativos de su imaginario  y personal Buenos Aires. También se hace presente la idea de la lucha entre el bien y el mal, las fuerzas malignas que impiden que nuestras instituciones representen el lado de la justicia. El gran estuario del Plata símbolo de grandes riquezas, de magnificencia, de entrada y salida al viejo mundo, aquí está representado por el uso del plateado iluminador de las  escenas que propone la artista  y su intrínseca connotación hacia esa historia Platense que tanto nos identifica ¿cómo argentinos? Sí, es una pregunta, y me atrevo a asegurar que es de difícil respuesta.

                                                                                                                                          Alejandra Sculli


Friday, September 21, 2012

ULTIMA SOBREMESA - PERFORMANCE GABRIELA MUOLLO - Viernes 14 de Septiembre de 2012


















INAUGURACIÓN PROYECTO SOBREMESA - 31 de Agosto de 2012


Débora Zilberman: “Solo te pido, que hagas tiempo conmigo" es el nombre de la pieza. Lo femenino como trama temporal, una mujer espera un hombre en un bar. Un audio que reconstruye el sonido ambiente del famoso espacio "Barobar”, un homenaje a los bares históricos de Bs. As. La mesa cubierta de servilletas como un mapa del pedido a los otros de un pensamiento en la intimidad.


Verónica Vidal Maehara: "Lucha sobremesa”, es el eje de la obra. Los muñecos animados, proyectan en el juego las pasiones humanas, una batalla, su lado lúdico y oscuro. Un ajedrez, un StarWar con personajes japoneses y argentinos.



Eduardo Newark: “Dos no es sólo un número” es el nombre de la obra. Una metáfora matemática de las conexiones entre el hombre y la mujer. El dinero como alegoría libidinal de la relaciones, a través de los costos emotivos de estar con el otro y poder redefinirlos.

Micaela  Escudero: "En Familia" es el título de la pieza. La autora rememora los domingos en la casa de los abuelos, donde el rito de ver diapositivas de viaje construía el vínculo emocional. Las imágenes proyectadas como memoria de luz, se construyen como recuerdos de infancia, entre la obligación y el deseo, recreando un entorno mágico de un George Melier hogareño.
















Los artistas de Proyecto Sobremesa

Silvia Liberalotto: "Después de la Función" es la obra. La Comedia del Arte es la cita histórica, el arlequín representa esa especial manera donde el actor representa lo inquietante de ser humano, el alma en escena, como Bob Fosse en "All that Jazz".



Bárbara Alperowicz: “Quería decirte que...” es el nombre de la obra. La palabra como territorio de los afectos, la mesa como testimonio de esos instantes de dolor y felicidad, recuerdos conmovedores de charlas importantes inolvidables. La mesa atesora la memoria de la palabra. Una cartografía de las relaciones humanas.



Maximiliano Yanquelevech: "Pasaje" es el título de la obra. La mesa se transforma en un portal de luz, el ingreso a otra dimensión. Se puede observar una piel alquímica, metálica. La luz azul como materia y energía universal.

Andrea Degiovanni: "A solas" es el titulo de su obra. La pieza es acerca de los límites de la soledad. Lo doméstico como territorio de la introspección y de la indagación sobre los fantasmas internos. Cuando el sujeto se encuentra con su propios pensamientos. Como en los textos de Clarice Lispector y los cuadros de Eduard Hopper. La soledad metafísica en las grandes metrópolis.




PROYECTO SOBREMESA - del 31 de Agosto al 19 de Septiembre de 2012


¿Puede la sobremesa sobrevivir a la posmodernidad? ¿Puede ganarle al mensaje de texto que interrumpe el goulash de la abuela? ¿Al postre apurado porque nos espera un programa de televisión o cinco blogs para leer en la computadora? ¿Al café, que se declina con amabilidad, porque el tiempo corre y tenemos que volver a casa? ¿Qué le queda a la sobremesa…?

Esas son cuestiones que indagan los nueve artistas reunidos alrededor de una mesa de pensamiento, trabajo y creatividad. Esas y muchas más. Es volver al pasado y recordar el rito que cierra cualquier almuerzo o cena; es plantarse en el presente bien firme para salvarla; y es proyectarse a futuro, donde sigan reinando las aureolas de vino en el mantel, la sal esparcida, la mano que juega con ella, las historias que se cuentan, los vínculos que se alimentan…



"Alicia y el five o’clock tea eterno,
con la liebre de marzo y el sombrerero."
Lewis Carroll

Desde los fundamentos de la antropología, en el texto "Crudo y Cocido" de Levis Strauss hasta "Alicia en el país de las maravillas", la comida es una práctica estructural en la cultura.
La sociedad argentina -heredera de múltiples colectividades de inmigrantes- posee una morfología social donde los afectos y los vínculos primordiales se expresan a través de la comida.
La invención de la sobremesa es matriz de formas sociales, psicológicas y artísticas. Como en las mesas de Víctor Grippo, que hablan del hombre y la alquimia existencial, esta muestra recrea las prácticas sociales dando poesía a esos instantes de amor.

Fabiana Barreda

Sunday, August 12, 2012

heiwa arte - arte por la paz - 11 y 12 de agosto de 2012



Heiwa arte
               arte por la paz

La paz es la resistencia y resistir es ser diferente, tal vez la tarea del arte sea la de crearidentidad es decir diferencia. Y recordarnos eso: que somos seres únicos, que traemos una voz propia y en el mundo podemos crear los ámbitos para oírnos, como en los viejos rituales que reunían a la comunidad. 
Tal vez debamos reinventar comunidades, cruzamientos y posibilidades, esta muestra en este espacio es en parte algo de esto.

El horror de la bomba de Agosto hace eco en nosotros, la tierra abre su herida y en ella vibra el susurro de las víctimas del pueblo japonés, voces que siguen la línea del cielo, ya vacío de dragones.
La pregunta infinita, la tristeza se une al llanto del mundo como un río mezclado con nubes, a la manera de Hokusai. Ese vapor viaja con nosotros como una continuidad de nuestras almas. Toda la pena de nuestro planeta se une en ese éter. Compartir el dolor nos recuerda que las voces particulares e irremplazables de nuestro mundo, en su fondo entonan una melodía en común: deseamos vivir con los otros, cantar, amar y ser amados.

El actual sistema capitalista, que ha basado una parte importante de su desarrollo en elnegocio de la guerra, invierte los valores: la cultura que debería ser un cúmulo dediferencias, pasa a ser homogénea (somos todos consumidores), y el equilibrio vital (económico) que tendría que ser equitativo pasa a ser extremadamente desigual. La paz implica subvertir estos valores ya dados y lamentablemente naturalizados (como naturalizamos el grado de verdad de las noticias). La paz es entonces resistencia, pluralidad de voces y de pensamiento y equidad para la vida.

La obra de Daniel Acosta está centrada en la idea de hombre, comunidad cosmos. En este caso parece que es la Tierra la que expresa su desamparo, leemos: HiroshimaNagasakientre otros textos que hablan de un límite vital, ecológico, y cósmico al que hemos llegado.

En una de las pinturas de Marcelo Pelissier vemos el perfil de la bomba atómica  entre otras siluetas de logotipos de grandes corporaciones, armamentos e iconos culturales, surge la incógnita por la relación de estas imágenes, la trama política que ocultan estos signos. En primer plano un carnero está siendo sacrificado, de forma similar nuestro sistema nos va eligiendo como víctimas de un sacrificio sin dioses.

Veronica Vidal Maehara trae la imagen del Koi, pez emblemático del Japón a nuestra costa del Río de la Plata nadando contra la triste corriente que baña otras almas en pena de nuestra historia. En otra obra el personaje del Eternauta se cuela en una pintura con la depurada estética japonesa donde hay una geisha y las flores del cerezo (Sakura) que caen. Se produce un doble juego: nos remite a la tradición japonesa en la época de los cerezos en flor (Hanami) y nos recuerda a su vez a la nieve atómica de la historieta de Oesterheld.

Fabiana Barreda toma prestada la iconografía del arte japonés para hablar sobre el camino del deseo. En una de las obras un personaje (especie de heroína) visita un grabado de Kunisada y Hiroshige sobre la Novela de Genji de la escritora  Murasaki Shikibu.
En otra obra una mano sostiene una flor de loto de cristal. El loto simboliza la pureza de cuerpo y mente y vive en el barro de la tentación. Pero la artista parece decirnos que la verdadera tentación contra la hay que luchar es la de no hacerle caso al propio deseo. Deseo y Satori se funden.

¿Donde se ubica la infancia del mundo? ¿Donde está el niño que llevamos en nosotros? Estas preguntas surgen de la obra de Daniela Fiorentino. Es cierto que nuestro cuerpo cambia las células por completo y que nunca somos lo que fuimos y parece que nuestras sociedades hacen lo mismo. Pero ¿es que el presente (o el futuro) debe arrasar con todo? Quizás tenemos que encontrar el modo de comunicarnos con la voz de ese niño, y también oír los susurros en el aire de los que ya no están. Aquí tal vez hallemos otro de los modos de la paz.

 Lucas Marín
Agosto de 2012