¿Puede la sobremesa sobrevivir a la posmodernidad? ¿Puede ganarle al mensaje de texto que interrumpe el goulash de la abuela? ¿Al postre apurado porque nos espera un programa de televisión o cinco blogs para leer en la computadora? ¿Al café, que se declina con amabilidad, porque el tiempo corre y tenemos que volver a casa? ¿Qué le queda a la sobremesa…?
Esas son cuestiones que indagan los nueve artistas reunidos alrededor de una mesa de pensamiento, trabajo y creatividad. Esas y muchas más. Es volver al pasado y recordar el rito que cierra cualquier almuerzo o cena; es plantarse en el presente bien firme para salvarla; y es proyectarse a futuro, donde sigan reinando las aureolas de vino en el mantel, la sal esparcida, la mano que juega con ella, las historias que se cuentan, los vínculos que se alimentan…
"Alicia y el five o’clock tea eterno,
con la liebre de marzo y el sombrerero."
Lewis Carroll
Desde los fundamentos de la antropología, en el texto "Crudo y Cocido" de Levis Strauss hasta "Alicia en el país de las maravillas", la comida es una práctica estructural en la cultura.
La sociedad argentina -heredera de múltiples colectividades de inmigrantes- posee una morfología social donde los afectos y los vínculos primordiales se expresan a través de la comida.
La invención de la sobremesa es matriz de formas sociales, psicológicas y artísticas. Como en las mesas de Víctor Grippo, que hablan del hombre y la alquimia existencial, esta muestra recrea las prácticas sociales dando poesía a esos instantes de amor.
Fabiana Barreda
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